La última guinda
La última guinda es una novela del autor salvadoreño José Rutilio Quezada.
La acción se desarrolla aproximadamente en 1974 y 1975, en medio de
las tensiones políticas surgidas por el militarismo que más tarde
desembocarían en la guerra civil salvadoreña.
Se relata la historia desde varios escenarios: El Salvador, el desierto de Sonora y el pueblo de Ajo, del estado de Arizona.
La palabra «guinda» era usada entre la población con el significado
de «huida»; su empleo iba asociado al de «oreja»: lo espías del ejército
y del gobierno. Las guindas eran las partidas que constituían el éxodo
de la gente de los cantones. Antes de que el ejército llegara a matar a
sus habitantes en busca de guerrilleros, la propia guerrilla los sacaba,
y eso eran las guindas.
Argumento
Zenaida, la protagonista, relata su vida en la Universidad de El Salvador
como aspirante a estudiante de la facultad de medicina. También relata
su vida detrás del Hotel Sheraton Presidente, donde muere su padre, y su
madre decide salir de ese lugar para no sufrir la misma suerte que su
esposo, quien ha sido asesinado por ser miembro de un sindicato. La
madre de Zenaida era vendedora en el mercado central, y vivían en los
edificios multifamiliares de Montserrat en San Salvador.
A lo largo del desarrollo de la historia, la vida de Zenaida va dando
cambios que la llevan a inclinarse a una posición izquierdista que va
siendo reforzada por su relación con Sabino, su novio, que suele
llamarla "burguesita" por la vida que acostumbra a llevar y que no
quiere dejar. Al irse con la guerrilla, Sabino deja una carta para
Zenaida que, a lo largo de la historia, es la única y última forma de
comunicación entre ellos.
Se trata también el tema de la emigración de los salvadoreños en la
década de los 70 y principios de los 80. Zenaida decide irse a los Estados Unidos esperando tener allí un porvenir mejor, y la madre se va con ella. Todo el grupo de emigrantes espera ser guiado por los "coyotes",
pero éstos los estafan y los dejan a su propia suerte en el desierto de
Sonora. Allí, los integrantes del grupo van muriendo de sed y de
insolación. Zenaida logra sobrevivir bebiendo agua que saca de las
plantas empleando una navaja que le había regalado un jovencito. Intenta
salvar a su madre, pero no lo consigue. Encontrada después por una
patrulla fronteriza, es llevada a la localidad de Arizona llamada Ajo.
Toma entonces la determinación de unirse a la guerrilla cuando vuelva a
su país.
En la guerrilla conoce a varios personajes que formarán su círculo de
amistad: Andrea, una mujer que tenía un salón de belleza pero cuyo
resentimiento para con los gobiernos militares la ha llevado a ser
guerrillera; Ballestas, "Neto", y otros que estuvieron en la marcha del 1
de Junio de 1975, en la que varios alumnos de la UES (Universidad de El
Salvador) murieron tras la represión llevada a cabo por los cuerpos
militares.
En su desenlace, la historia presenta la derrota inminente de las
fuerzas guerrilleras a manos de las fuerzas armadas salvadoreñas. Unos
campesinos traicionan a la guerrilla y los soldados acaban matando a los
guerrilleros en el Cerro Guazapa. Al morir Zenaida por los balazos que recibe en el pecho, donde lleva la carta de Sabino, pronuncia las palabras de Óscar Romero "¡Dios mío!: ¡me arrepiento! ¡Perdóname!"
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